lunes, 14 de mayo de 2012

Cuestiones cardíacas

Una chispa bastó para dar arranque al complejo andamiaje que haría posible ver, respirar, crear; vivir, pues.

Los primeros años de vida de Cipriana los sobrellevó sin mayores sobresaltos. fueron tiempos fáciles llenos de risas, llantos, boletas de calificaciones, abrazos maternos y consejos paternos.

Cipriana amaba la vida, la luz, el color, ¡qué emoción más grande la de vivir plenamente! Lástima de la arritmia que vendría a ocasionar un cortocircuito que nadie esperaba.

Algo en los engranes del corazón no iba del todo bien. Le diagnosticaron repentinos  cambios de voltaje que provocaban un peligroso cosquilleo en el corazón, vértigo en los sentidos y una angustia ante la alerta un poco exagerada de "muerte súbita".

Le recetaron medicamentos y una serie de recomendaciones como no corra, no ande en bici, no haga deporte extremo, evita sustos repentinos, no permita que le hagan fiestas sorpresa, aguas con la adrenalina a la hora del examen profesional, y cuidadito con eso del enamoramiento o cualquier otra cosa que pueda poner en riesgo ese corazón.

Sin más opciones o alternativas, Cipriana se hizo de tripas corazón y optó por hacer caso omiso a lo debido. Corrieron los años, rodaron las bicis, hubo falsas alarmas, emergencias familiares, llegaron a casa el título y cédula profesionales, y el enamoramiento fue inevitable.

De vez en cuando palpita de manera irregular el corazón. Un respiro, una pastilla y todo de vuelta a la normalidad.

Un día habrá otro chispazo y se disparará el voltaje que pare la maquinaria, nada podrá evitarlo. Mientras, se sigue poniendo a prueba la resistencia con uno que otro sobresalto de emoción.




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