domingo, 5 de diciembre de 2010

Los sustos decembrinos





La Navidad llegó a mi casa. Llegó en dos días. Quién se imagina que poner el árbol, sacar los adornos y terminar el nacimiento puede ser tan trabajoso? Sin embargo, vale la pena, siempre vale la pena.


Ya sabemos que todo se corrompe, que la Navidad es una época de compras, gastos y toda clase de cursilerías y pensamientos materialista: "¿cuánto cuesta?, ¿cuál será más caro?". Pero podemos verlo como la oportunidad (no la única) de demostrar ,a través de un regalo o un detalle, que estamos al pendiente de nuestros seres queridos.


Además, no podemos negarlo, es linda la espera de los regalos, la risa de las decepciones y las cenas, oh sí, las cenas decembrinas. Son las que más esperamos y las que más sufrimos los primeros días del año que viene.


El punto es disfrutar de las tradiciones y de las familias, compartir buenos momentos y crear recuerdos que se queden para siempre.

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