martes, 9 de noviembre de 2010

Rabo verde

Como hoy no se me ocurrió nada para subir, aprovecho el espacio para confesar algo: creo que estoy enamorada de mis tortugas.


Este año Juana y Rufino cumplieron ya 5 años con nosotros y cada día me sorprenden con alguna curiosidad o con su torpeza a la hora de subir y bajar escalones. Cabe decir que si alguna llega a sufrir un accidente, es decir, quedarse panza arriba girando como pirinola, corro como desaforada (institnto materno) a rescatarlas. Las muy obesas y fodongas ya no se esfuerzan por voltearse ellas mismas, ya me conocen.


Lo peor es que últimamante las he soñado demasiado, hoy, ayer y el día anterior, ¿será que es unaobsesión? Me acordé de la canción esa horrible que decía así "eso no es amooor, es una obsesióooon".


Bueno, no puedo dejar de admirar sus patotas, sus lindas naricitas, sus conchitas súper resistentes, comprobado gracias a las imprudencias de Juana (tirarse desde su pecera).

Sin más, me voy dejando una foto de mi precioso Rufino aka Pepino.




No hay comentarios:

Publicar un comentario